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Como un abrebocas: mi experiencia
La última vez que estuve en Ucrania fue en el 2007. Por un período de más o menos un mes tuve la oportunidad de vivir en la ciudad que me vio nacer, saludar a los que fueron mis vecinos y amigos, ver como vivían en ese entonces los ucranianos.
Lee más: Ucrania: Reviviendo el pasado en un sangriento presente
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Tal vez esta frase suene insípida y falta de todo peso por tantas veces que ha sido esgrimida por diferentes seres humanos, de todas las razas, colores, afiliaciones políticas y religiosas en todo el mundo. Tal vez ya ni siquiera está de moda. Sin embargo: ¡Quiero paz!
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Estupor, aturdimiento, incredulidad y desazón fueron los sentimientos que me asaltaron en tropel al llegar el 23 de noviembre del 2013 a la Represa del Neusa, ubicada en Cogua, Colombia. Mi familia y amigos habíamos planeado un sábado tranquilo bajo los grandes pinos del Parque, hacer un asado, disfrutar de la bella naturaleza del lugar y, quizás, algo de pesca deportiva.
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Las últimas semanas he estado alejado de los medios de información, cosa que agradezco mucho, ya que al hojear las noticias de Colombia y el mundo hoy, la verdad me dio náusea. Y estoy hablando en sentido literal. Los oficiantes de periodismo en Colombia se asemejan a los “culebreros paisas” que antaño pululaban por las calles del centro de Bogotá, presos de una agitación absurda, promovida detrás de bambalinas por las próximas elecciones que tendrán lugar en Colombia en el 2014.
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En tan sólo dos meses tienen 1’284,680 reproducciones y contando. Para ser un video de rap, es una cifra respetable. Que sea rap latino, aun más. Y que el dúo que interpreta esta canción sea de mujeres, resalta el impacto del video titulado “Respétense”, de las cantantes venezolanas Neblina y Mestiza.
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Últimamente hay una idea que no me deja en paz. Más que una idea, es una inconformidad con la funcionalidad del mundo actual. Esta inconformidad se basa en que, por alguna extraña razón, tal vez mística e inexplicable, invisible a los ojos de los Siervos del Pueblo, es el Pueblo quien asume las responsabilidades por los excesos en que caen algunos imperios empresariales.