Ayer hablamos con mi prima, en Lugansk, Ucrania. Su voz sonaba aterrada mientras que en el trasfondo se escuchaban las explosiones de los cañones. Ella nos decía que no comprendía por qué el gobierno ucraniano está bombardeando la región, la ciudad y sus alrededores desde tierra y aire. Menos podía explicar por qué bombardeaban lugares donde no había ningún rebelde, ninguna unidad militar u objetivo militar. Estaban bombardeando zonas de civiles, viviendas, hospitales, colegios, calles y parques.

Mi prima es médico anestesiólogo y trabaja en el hospital de maternidad, en Lugansk. Ayer bombardearon los alrededores del hospital. La mayoría de los médicos ha salido de la ciudad y ella es de los pocos que aun permanece en una ciudad en guerra, tratando de cumplir el juramento de Hipócrates.

Campanario destruido - KrasnodonMi tía, dos días antes, estuvo a trescientos metros de otro lugar de bombardeo en la ciudad de Krasnodon. Se salvó de milagro, pero el campanario de la iglesia no. Cuando hablamos con ella, estaba en shock, todavía bajo la impresión del bombardeo y las explosiones. En un estado eufórico, fuera de la realidad, sólo atinaba a recordar el pasado, cuando mis abuelos maternos estaban vivos y se encargaban de ella. Cabe anotar que mi tía está pensionada desde hace unos veinte años por sufrir de epilepsias y trastornos. Su pensión le alcanzaba para comprar las medicinas que necesita de por vida y el mínimo de alimento para una persona para un mes. Mi prima le ayuda con el mantenimiento del apartamento.  Con mi padre, mi abuela y su familia no me he podido comunicar y lo único que me queda es rezar por que estén bien.

Ahora todos ellos, a los ojos del gobierno de Ucrania, refrendado por Estados Unidos y la Unión Europea, son considerados terroristas o sospechosos de terrorismo (en el mejor de los casos), lo que para ellos justifica su exterminio.

Hemos conminado a mi prima que traten de escapar con mi tía, ir en dirección a Rusia y cruzar la frontera, pero ella dice que esto es prácticamente imposible. Sólo queda un camino y ahora está bautizado como el “Camino de la Muerte”, donde se pueden encontrar carros de civiles, llenos de agujeros de bala de los francotiradores del ejército ucraniano, con cuerpos de hombres, mujeres y niños en sus interiores. Salir de la ciudad equivale jugar a la “ruleta rusa”. Lo triste es que quedarse, también.

Aun hay autobuses y trenes cargados de civiles que quieren escapar del conflicto, que se arriesgan a salir; pero son cada vez menos, ya que en varias ocasiones han sido baleados y cubiertos por fuego de artillería pesada por el ejército ucraniano (un periodista ruso, que cubría precisamente la ruta de los refugiados, fue muerto en uno de esos autobuses – otros dos, mientras entrevistaban civiles que trataban de escapar del ataque del ejército).

Mi prima tiene miedo y no sabe qué decisión tomar. Tiene preparado un maletín con sus documentos más importantes en caso de que tenga que huir, pero ¿en qué momento?, ¿cómo? y ¿a dónde? no lo tiene claro ya que la muerte acecha por todas partes, a toda hora.

La portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Jen Psaki, afirmó que “Kiev tiene todo el derecho de bombardear el este”, porque “las autoridades ucranianas están defendiendo su país”. ¿De quién lo están defendiendo?, pues de sus propios ciudadanos en este caso.

De esta afirmación se deduce que, cuando la elección del pueblo no sea del agrado de los políticos, para Estados Unidos la solución obvia es hacerlos cambiar de opinión a punto de bombardeos y bala. Que viva la democracia, ya que esto es lo que está sucediendo en Ucrania, de acuerdo a la señora Psaki.

El hecho de que la población votó un referendo, no aplica. El hecho de que la gente tenga una opinión distinta, no importa. Y el gobierno está imponiendo su voluntad a punta de bala. Y si a los habitantes no les gusta, bien se pueden largar a otra parte… Y esa es la “democracia” que apoya Estados Unidos y la Unión Europea… ¡No tengo palabras!

En mi impotencia, me queda una pregunta: si el voto de dos regiones gigantescas de ucranianos no se toma en cuenta, ¿qué le queda por hacer a sus habitantes? ¿Qué haría usted, el que lee esto, de encontrarse en una situación semejante?

Yo no encuentro palabras para describir todo lo que está sucediendo en mi alma. No logro transmitir las ideas que en un torbellino pasan por mi cabeza. Me es sumamente difícil ser objetivo en esta situación. El Este de Ucrania está siendo sistemáticamente masacrado, mientras que los medios occidentales se hacen de la vista gorda. Mientras que los políticos, que deberían ser el baluarte de la democracia y proteger a la población civil, prefieren mirar a otro lado e ignorar lo que tanto han predicado.

Ahora los periodistas occidentales, que tanto se desgañitaron mostrando desde el mejor ángulo el golpe de estado del Maidán en febrero de esté año (cuando en hechos trágicos, aun sin esclarecer, murieron cien personas en Kiev), ahora parecen desconocer por completo que ya van varios miles de refugiados y otro tanto de muertos entre la población civil en el este de Ucrania.

¿Dónde están los fotógrafos que tantas imágenes espectaculares hicieron en Kiev?

¿Dónde están los reporteros de los medios occidentales más importantes? ¿Por qué no están en el este de Ucrania?

O desconocen la situación, o no les importa, o tienen órdenes de ignorar la situación. ¿Con qué cara estos periodistas pueden hablar de censura, libertad de prensa, “verdad”, “democracia”, y tantas otras palabras bonitas?

Cuando la verdad se sepa, porque no dudo de que se sabrá, habrán golpes de pecho, muchas lágrimas de cocodrilo, y también encontrarán algunos chivos expiatorios a los que culpar. Pero eso no regresará a todos los que han muerto y los que aun morirán, por la descarada falta de atención de los políticos a nivel internacional. Y los odios que en este momento están naciendo entre las regiones de Ucrania, no podrán ser subsanados por nadie, por generaciones.

El cinismo está gobernando el mundo… Y nosotros lo permitimos…

Y mientras tanto, mi prima, mi tía, mi padre, mi abuela, mis otros tíos y primos, tienen que salvar su vida y escapar de un territorio que ha sido cuidado, construido y protegido por varias generaciones de mi familia; así como miles de otras familias que son sistemáticamente eliminadas o empujadas a abandonar la tierra que los vio nacer.

¡Que Dios se apiade de las almas de aquellos que están orquestando este nuevo holocausto del siglo XXI, que ya ha manchado la historia de Europa, Estados Unidos y Rusia!

Y si seguimos ignorando esta situación (gente del común, periodistas, artistas, políticos, etc.) el día de mañana, es posible que Usted sea declarado terrorista por pensar distinto, o por vivir en una región de recursos naturales que políticos avaros e inescrupulosos quieren explotar, lo que les dará a ellos el derecho a eliminarlo, cómo expresó la señora Psaki, por que “las autoridades {…} están defendiendo su país”, de sus propios ciudadanos.

Julio 10 de 2014

 

Foto del bombardeo de la iglesia tomada de http://www.blagovest-info.ru/index.php?ss=2&s=3&id=58249 el 10/07/2014.

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