Opinión

Evgeny Zhukov. Escritor, poeta y periodista.
  • Demasiadas veces he visto en Colombia la violencia. La historia misma del país es una repetición constante de esta película de horror de venganzas, odios, egoísmo y retaliaciones. Todo ello condimentado por la ignorancia y la terquedad de todas las partes; a fuego lento hervido en el caldo de la avaricia y ansias de poder; servido entre una sed de sangre que no ha sido posible saciar desde mucho antes del asesinato de Gaitán y el tristemente famoso Bogotazo.

  • Desde tiempos inmemoriales, la humanidad ha luchado con la justificación de la violencia. Pero, ¿hasta cuándo seguiremos en esta espiral destructiva?

    Entre las cosas que más me molestan de las personas es la forma de anteponer su verdad para justificar cualquier barbarismo. “Es que los de allá están matando niños”, dice alguien. “Pero es que los de acullá mataron más niños que los de acá”, responde otro. Y comienza el rifirrafe que llevará inevitablemente a una pelea, que no pasará de los “madrazos” en el mejor de los casos; o con la muerte de uno o de los dos contendientes, en el peor.

  • Ojo por ojo. Diente por diente. Y, aún mejor: ambos ojos, ambos oídos y toda la caja de dientes. La horrible espiral de venganzas en el Oriente Medio continúa con su macabra e injustificable cosecha. No hay excusa para ninguno de los bandos. Y eso es innegable. Todos son culpables de un conflicto que lleva milenios sembrando de huesos la tierra considerada santa por una gran cantidad de humanos alrededor de este sufrido planeta.

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    Después de la visita nocturna, la rutina diaria pareció salir de su curso habitual en la casa. Sucedían cosas raras cuando no debían pasar. El lado oscuro de la ley de Murphy parecía descender sobre nuestro hogar y permanecer en él impidiendo progresar. Cualquier cosa que iniciaba, terminaba mal. El ambiente de oscuridad era innegable, por lo que terminamos haciendo la única cosa que parecía lógica en ese momento: buscar ayuda.

  • Muchas veces me pregunto cómo nació la primera Guerra. ¿Cuál fue su causa? ¿Qué habrá motivado por primera vez a los seres humanos enfrentarse los unos a los otros, matando indiscriminadamente, hasta erradicar la simiente misma de su oponente? Y la verdad siempre el análisis lleva a una misma respuesta: el poder.