Hacía años la maldad venía afilando garras.

Y hoy, por fin, las ha sacado a relucir.

Y de un tajo destripó entrañas,

Sumiéndonos en un oscuro porvenir.

 

Y muchos celebran su llegada.

Se regocijan y en odio se empapan.

Con rabia escupen juramentos.

Y destrozan todo lo que aman.

 

La bacanal que se destapa a la vista,

No tiene ni principio ni final.

La maldad en su apogeo egoísta,

No mide y no puede parar.

 

¡Oh ángeles, que ven esta afrenta!

¡Oh Creador, que sabes la verdad!

Ayuden con presteza a los hombres.

Nuestros ojos abran con celeridad.

 

Les ruego que envíen oraciones,

Que calmen la violencia de los hombres.

Que oigan de nuevo las razones,

Y paren las confrontaciones.

 

Yo tengo fe que arriba en el Cielo,

Está aquel que sabe lo que pasa.

Y sé que Él a todos nos ama,

Y sé que Él apagará esta brasa.

 

Y a los hombres les ruego que escuchen,

La voz de la razón y esperanza.

No caigan en las garras de los malos,

Que fomentan odios sin descanso.

 

Pues la batalla por tu alma ha empezado,

Dependerá de ti la elección.

Qué crees que elegirá tu alma:

¿El odio o la bondad del corazón?

 

Martes, marzo 01 de 2022

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