Cuando la musa calla,

tan solo queda escuchar al silencio.

Y este es un mal consejero,

pero es bueno en aprecio.

 

Pues el silencio sin penas,

siempre te saca el tiempo.

Y escucha tus pesares,

siempre con miramiento.

 

Y te rodea él de calma,

y te inspira tranquilidad.

Te llena hoy y también mañana,

con la calma que vendrá.

 

No deja nada en la nada,

la nada ya vive en él.

Y él pretende, al llenarla,

que la nada deje el ser.

 

Lunes, 30 de diciembre de 2024

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