¡Si tú supieras, corazón, la vida que he seguido!

Cuando te fuiste sin razón, sin haberte despedido.

Tal vez dirías que, sin ti, mi vida es destruida,

Pero en verdad no es así: ¡mi vida es divina!

 

Y el camino que he elegido, me lleva por las buenas.

La gente vuelve a sonreír, ya no me acechan hienas.

Ya el miedo y el temor, son cosas del pasado,

Cuando temía, corazón, las hieles de tu hado.

 

Oh, sí, la vida, otra vez, me muestra la alegría.

El sol ha vuelto a brillar, quitando tu envidia.

Ya no existe la emoción, que siempre me encerraba,

Y destrozaba, corazón, cuando a ti te amaba.

 

De nuevo siento: ¡soy feliz! ¡Mi mundo es sólo dicha!

Ahora veo, con razón: me tenías en desdicha.

Ahora veo, claro y largo, las cadenas que tejías,

Y apretabas, corazón, sin estañar heridas.

 

Yo te deseo lo mejor, y te agradezco mucho,

Por probar que fuerte soy y cómo por mí lucho.

Te fuiste sin poder domar, a un simple potrillo,

Dejando tu alma sin volar y hecha un ovillo.

 

Miércoles, Octubre 10 de 2019

 

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