¡Oh, silencio! Por ti yo suspiraba.

Y rogaba por tu brioso abrazo.

Hace tanto que yo te extrañaba,

Y hoy por fin descanso en tu regazo.

 

No pensaba que fuese a extrañar.

Jamás creí que me harías falta.

Pero, ¡por Dios! que estaba equivocado,

Pues sin ti, mi alma no descansa.

 

Sin ti no puedo oírme ni pensar,

No escucho cuando Dios a mí me habla.

Y ya veo porqué la humanidad,

Se encuentra en un rumbo que me alarma.

 

Lunes, abril 01 de 2019

 

Comparte este artículo

No hay comentarios

Deje su comentario

En respuesta a Some User