No sé ya nada en este mundo.
Tan sólo veo obscuridad.
Veo un dolor, dolor profundo,
Y el gobierno de maldad.
Veo al hombre destruido,
Temiendo hasta al senzonte.
Vagando por el inframundo,
Sin las monedas de Caronte.
Veo al hombre sin amor,
Sin el cariño verdadero.
Untado en hieles de lujuria,
Y en el lujo embustero.
Veo al hombre revolcarse,
En montañas de excremento.
Alegando que es muy bueno,
Y que es conocimiento.
Veo al hombre caminar,
Sobre los cuerpos desnutridos,
De otros hombres como él,
Sin ver siquiera a los heridos.
Veo al hombre abusar,
De lo que a él le da aliento,
Y destruir sin corazón,
Lo que a él le da sustento.
Lo veo acabar con todo,
Extasiado en hedonismo.
Destruir la vida misma,
En la orgía del consumismo.
Más todo tiene su final.
Y el del hombre se aproxima.
La tierra ya no aguanta el mal,
Ni que el hombre la lastime.
¡Venganza habrá! ¡Venganza cruel!
¡El hombre recordará la ruina!
Y en el borde del abismo,
Lamentará él su doctrina.
Y el momento llegará,
En el que este mundo bello,
Se librará de este mal,
Se librará de este tormento.
El ser humano se irá,
Dejando al mundo extasiado,
Y el mundo sanará,
Sin el virus del humano.
Lunes, septiembre 03 de 2018