Entre las cosas más perversas,
Entre la pérfida verdad
Existe un ser que es eterno,
Eterno en la realidad.

Ha desbordado este mundo,
Ha impregnado su olor,
En las almas de los hombres,
Y algunos lo llaman su señor.

Ha enamorado a mujeres,
Las ha convertido en concubinas,
En sus amantes favoritas,
En putas simples, desabridas.

Ha estropeado todo el mundo,
Dañando el fin de la Creación.
Ha desollado el ser del hombre,
Su vida – una maldición.

Por donde pasa solo deja,
Sangre, odio y dolor.
No hay lugar que esté a salvo,
De esta horrible abominación.

Ha contaminado el mundo entero,
De su inmundicia, de su ser.
En todo lo que nos rodea,
Todos los días lo puedo ver.

Ha desoído los consejos,
Las amenazas y los ruegos,
De aquellos que sí lo ven
Y entienden el fin de sus juegos.

Cargado está con tanto odio
Que ya no ve, no oye o siente.
Tan sólo quiere destruir,
Sembrar en todas partes muerte.

Y ese odio lo desborda,
Ya que él sabe que está cerca,
El fin que le fue augurado,
Y su condena será eterna.

Él sabe bien lo que le espera,
Y ese saber lo que alimenta,
El odio que siente este ser
Por lo que hay en el planeta.

Valor, piedad y entereza,
Lo que debemos presentar;
Son las armas que los hombres
Contra él podemos usar.

Es el amor la fuente de ellas,
Aquello que el ser odia más.
En tu corazón está la respuesta,
De cómo al diablo debes enfrentar.

Miércoles, Abril 09 de 2014

 

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