Dios, ¿qué pecado he cometido?
¿Por qué en esta tierra me dejaste empezar?
Llegué aquí desde mi nido,
¿Por qué motivo?
Esa idea me consume y me roe,
No me deja descansar.

Rodeado de desprecio,
De muerte y de dolor.
De indiferencia y de guerra,
De mierda, mierda,
Y nada más.

Pero para ser justo,
He encontrado algo de felicidad,
No realización como persona,
Pero sí en quién mi cabeza apoyar.

Más el resto de lo que me rodea,
Es algo indescriptible, me produce horror.
La verdad, merece un Oscar,
Pues parece sacado de una película de ficción.

Más es la realidad que me rodea,
Tan palpable que hace mis ojos arder,
Rodea el corazón de escarcha,
Ensombrece el alma, llegando al punto de temerla perder.

Saber que el que está enfrente
Y está hablando tan bien de ti,
La mano en el bolsillo te mete,
Para sacar todo lo que hay ahí.

Saber que aquel que te enseña,
No lo hace de corazón,
Lo que le importa son los billetes,
No el impartir educación.

Saber que existe gente que te mata,
Tan solo por el gusto de verte morir.
Otros que te tratan como ratas,
Porque se sienten con derecho de tratarte así.

He visto gente despotricar de alegría,
Y tirarse al vacío, todo ¿por qué?
Porqué de esa manera se sienten libres,
Poniendo a su propia vida un mísero fin.

He visto a la gente tomar las armas,
Tan sólo por el lujo de poder disparar.
Robar después al caído,
Y decir que al Pueblo defendiendo están.

He visto aquellos que nos defienden,
Alianzas secretas con asesinos forjar.
Haciendo todo a la vista del público,
Diciendo que es para nuestro propio bienestar.

He visto aquellos que construyen casas,
Robar la mitad del material.
Sin importarles que en dos años,
Aquellas casas a familias enteras enterrarán.

He visto a hombres de ley descarrilarse,
He visto a médicos asesinar,
He visto a los que imparten enseñanza,
Enseñar métodos útiles para matar.

He visto a un buen campesino,
Convertirse en asesino, ¿todo por qué?
Para proteger su tierra y su familia,
De otro asesino, peor que él.

He visto a gobiernos completos,
En la corrupción absoluta caer,
Los he visto negando al pueblo,
Aquello que suministrado les ha de ser.

He visto a los poderosos,
Uno tras otro caer.
Llevados a la cárcel por su apetito insaciable,
Por la creencia de que el dinero les da poder.

He visto la pérdida del humanismo.
Reflejada en los periodistas está.
Los he visto utilizar a una víctima
Para crear su propio comercial.

He visto el dinero de las ayudas,
Desaparecer con impunidad,
Enriqueciendo a los que proclamaban,
Que era para la ayuda de los desplazados por la necesidad.

He visto de todo en este mundo,
He visto casi toda la maldad,
Pero no puedo ir más abajo,
Atrapado por ella puedo terminar.

He visto como se destruye,
Aquello que se ha de respetar,
Los árboles, ríos, mares, aire y flores.
Todo perece bajo la mano del hombre,
Preocupado por su propio bienestar.

He visto caer, uno tras otro,
Aquellos que contra la maldad luchando están,
Asesinados por supuestos amigos,
Que compartían su propio ideal.

He visto a hombres adinerados,
Importantes sumas a la humanización aportar.
Sumas obtenidas en matanzas y guerras,
Sumas obtenidas por armas químicas probar.

He visto a madres abandonar a sus hijos,
A padres a sus hijos violar.
Hermanas asesinar a hermanos,
Niños de seis años, el arma en sus manos tomar.

He visto el desarrollo de otras armas,
Que en dos segundos con el mundo pueden acabar.
He visto el uso de algunas de ellas.
Muerte y desolación, el resultado que ellas dan.

He visto el clima en este planeta cambiar,
Porque nadie respeta donde vive,
De lo que vive,
Lo que la Naturaleza les da.

He visto a grupos de animales,
Desaparecer del planeta sin rastro dejar.
Ahora son meros recuerdos,
En cuadros y películas se pueden encontrar.

He visto bosques enteros,
En desiertos enormes convertirse sin cesar.
Ríos grandiosos, llenos de vida,
La muerte por todas partes sembrar.

He visto la tierra, sufrir sin tregua,
Embates constantes por su material.
Ultrajada de un modo horrible,
Ultrajada, sin poder contestar.

He visto el agua, como desaparece,
Como se contamina sin cesar.
Como los que de la pureza dependen,
Mueren por millares. No se pueden contar.

He visto guerras fratricidas,
Matanzas inmensas, horror me dan.
He visto a hombres morir por ideales,
Como dinero y droga, por nada más.

He visto al diablo, sentado en su trono,
Ubicado en medio de esta humanidad.
Lo he visto burlarse con el mayor de los gustos,
De todo lo que representa la santidad.

Seguro se siente, él, en su trono,
Más la hora del castigo cercana está.
Es ello lo que me mantiene vivo,
Ello es lo que fuerzas me da.

Seguiré escribiendo y denunciando,
Intentando los ojos abrirles a la verdad,
Aunque cansado me sienta y desolado,
No abandonaré al hombre,
A pesar de que él mismo a lo más bajo quiere llegar.

Ahora que me he desahogado,
¡Dios mío!, me sabrás perdonar,
Seguiré con mi deber cumpliendo,
Denunciando lo mal que el mundo está.

Viernes, 17 de marzo de 2000

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