Últimamente hay una idea que no me deja en paz. Más que una idea, es una inconformidad con la funcionalidad del mundo actual. Esta inconformidad se basa en que, por alguna extraña razón, tal vez mística e inexplicable, invisible a los ojos de los Siervos del Pueblo, es el Pueblo quien asume las responsabilidades por los excesos en que caen algunos imperios empresariales.

Para aquellos lectores que son de otros países, en Colombia tenemos una prohibición para controlar el exceso de vehículos en las ciudades más grandes del país. Se denomina “Pico y Placa” y fue creado (y, en mi humilde opinión, fracasado) con el fin de controlar el exceso de tráfico en horas “pico”.

Inicialmente, este sistema funcionó. Después, por alguna extraña razón que los Siervos del Pueblo no han logrado determinar, se convirtió en insuficiente. Esto movió a los Siervos del Pueblo a ampliar el horario de restricción de uso de vehículos a los particulares, prohibiendo su acceso a las calles durante 2 días a la semana. Y sin embargo… la cantidad de vehículos, en lugar de disminuir – aumentó. Esto se dio porque muchos de los dueños de vehículos simplemente compraron otro vehículo para intercambiarlos los días de Pico y Placa.

Esto duplicó el parque automotor en la ciudad. Los beneficiados: los comerciantes de vehículos. Los perjudicados: los compradores, los peatones y la ciudad en general.

Los Siervos del Pueblo, por alguna extraña razón – y a sabiendas que en Bogotá no cabe un carro más – decidieron que era mejor restringir no la oferta y demanda de vehículos, sino el USO QUE SE LE DA A LA MERCANCIA.

Es decir, por alguna influencia mística, imposible de determinar para los Siervos del Pueblo, estas restricciones no caen sobre las compañías importadoras y constructoras de vehículos, quienes siguen inundado el mercado… Esta incongruencia me deja perplejo:

  1. Bogotá (como cualquier otra ciudad) tiene más que demasiados vehículos en sus calles.
  2. No se prohíbe la fabricación, importación, compra y/o venta de vehículos. ¡SE PROHÍBE SU USO!

¿Alguien me puede explicar dónde está la lógica en esto?

La prohibición del uso del vehículo por dos días a la semana, arroja como resultado la inmovilización del mismo durante 104 días del año. ¡El 28% del año! Sin embargo, los Servidores del Pueblo parecen no darse cuenta de este detalle al cobrar el impuesto de rodamiento por los 365 días del año. Y el pueblo parece no darse cuenta de que simplemente le están obligando a la fuerza a pagar algo que no debe pagar.

Pero esto tan sólo es el principio, ya que los vehículos, también por alguna razón mística e inexplicable, perdieron su valor. Ahora, un carro de segunda mano, en muy buen estado y poco kilometraje tiene el mismo costo que una motocicleta…

¿Dónde está la lógica en poner restricciones para el uso del vehículo, dizque por exceso de parque automotor, y al mismo tiempo FOMENTAR la compra del mismo bajando los precios?

La verdad no sé en qué están pensando nuestros amables, siempre listos para atender, inteligentes, perspicaces, honrados, dispuestos en todos los sentidos en prestarnos la atención adecuada y siempre generosos Siervos. Al parecer esta servidumbre en la que se ven inmersos para con nosotros les impide ver la realidad y comprender que el problema no se encuentra en el USO QUE SE LE DE A LA MERCANCIA, sino en EL EXCESO DE LA MISMA en las calles.

Un ejemplo paralelo, que bien viene al caso: desde hace unos cuantos años el mundo entero, al borde de la apoplejía, convulsiona intentando prohibir el cigarrillo. ¡Cuántas medidas no han tomado! Personalmente me alegro de haber dejado de fumar, ya que los fumadores, hoy por hoy, sufren una  discriminación muy parecida a la sufrida por los afroamericanos en Estados Unidos, durante casi todo el siglo pasado. Se prohíbe fumar en la oficina, se prohíbe fumar en la calle, se prohíbe fumar en el restaurante, se prohíbe fumar en todas partes, se prohíbe su venta, se prohíbe su compra… Sin embargo, por alguna extraña razón que sólo los Siervos del Pueblo entienden, ¡NO SE PROHIBE LA FABRICACIÓN DEL CIGARRILLO! ¿Alguien me puede explicar dónde está la lógica en esto?

Regresando al tema del “Pico y Placa”, creo que va siendo hora de que los Siervos del Pueblo decidan de una vez por todas a quien es que sirven: al Pueblo o a las multinacionales. Si de verdad los Siervos quieren hacer un bien para nosotros, sus electores, lo mejor es que comiencen a ponerle restricciones a aquellos que en verdad están fomentando el caos, contaminando el medio ambiente, destruyendo las pocas reservas naturales que nos quedan y eliminando un futuro a nuestra prole. Por simple lógica matemática (que, me tomo el atrevimiento de asumir, debieron estudiar en el colegio los actuales Siervos del Pueblo), restringiendo la producción, se minimiza el consumo. Por ende se reduce al mínimo aceptable el uso de un producto que está dañando nuestra vida diaria (llámese vehículo, cigarrillo, alcohol, etc.).

Marzo 06 de 2012

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