Te doy las gracias, Señor,
Por todo lo que me has dado.
Por el vacío interior,
Por el deseo condenado.

Te doy las gracias por mí,
Así como por todo el mundo.
Las guerras, odios y terror,
El mal que arraigó profundo.

Te doy las gracias por el dolor,
También por el sufrimiento,
Te doy las gracias por mí
Así como por el hambriento.

Te doy las gracias por ser
Lo que yo menos quiero,
Te doy las gracias por querer,
Lo que yo más deseo.

También las gracias te doy,
Por nunca alcanzar mi meta,
Señor, las gracias te doy,
Por lo que pasa hoy en el Planeta.

Te agradezco de corazón,
Por ignorar toda plegaria.
Por convertir en piedra la razón,
Y ensombrecer el alma.

Te doy las gracias por cada uno
Que te adoró con esperanza.
Pidiendo un cambio que debe llegar,
Pero que nadie ver alcanza.

Te agradezco por las guerras,
Por las muertes, la maldad.
Te doy las gracias por la miseria,
Así como por la soledad.

En fin, así te agradezco todo,
Por ser en lo que me convertí.
Por desespero, por fastidio,
Por el amor con que Te vi.

Por destruir mis esperanzas,
Mil gracias a Ti te doy,
Por acabar mi fe en Ti,
Por no mostrar a donde voy.

Te doy las gracias por todo eso,
Te doy las gracias por mucho más.
Te doy las gracias por ser yo mismo,
Un ser sin meta ni tranquilidad.

Y el porque te agradezco,
Creo que claro como el agua es.
Porque el diablo no hace nada.
También Tú creación él es.

Recuerda que Tú, Omnipresente,
Ves el presente, futuro y pasado.
Cuando creaste al maligno,
Para el mal estaba él predestinado.

Tú no hiciste nada por cambiarlo,
Y lo dejaste acá vagar.
Aunque este no es el hecho,
El hecho es que sordo estás.

Porque no contestas las plegarias,
No respondes al corazón.
Y no dispones de las almas,
Aquellas que destroza el dolor.

¿Por qué ignoras lo que pasa?
¿Por qué permites la maldad?
¿Por qué no ayudas a los que piden?
Aquellos que solos nada pueden lograr.

Así me encuentro yo: sin un camino.
No tengo ya por donde coger.
El bosque me rodea por doquiera,
Ayuda necesito de un Alto Ser.

Pero no importa lo que diga,
Y no importa cuanto despotrique,
Rogar no alcanza el destino,
Mi voz no basta y va a pique.

Y mientras, en Tu Trono,
Se oyen cánticos de querubines,
Los ángeles tocando el arpa,
Las vírgenes contigo en festines.

Y si estoy equivocado,
Si crees que en estas líneas miento,
Es porque yo no te veo,
Aquí, en medio de este infierno.

Porque por más que he pedido,
Silencio he obtenido por respuesta.
Porque por más que he llorado,
No he podido sacarte de Tu siesta.

Así que estas líneas son alarido,
El grito de un alma en pena.
El dolor absurdo de una mente,
Que por siglos ha estado enferma.

Que ha clamado por auxilio,
Que lo ha buscado en donde sea.
Que ha recorrido todo el mundo,
Buscando tan sólo una respuesta.

Así que gracias, Señor, por la respuesta.
Te doy las gracias por responder a mi clamor.
Te agradezco lo que pasa en el Planeta,
De veras... De todo corazón.

Lunes, 03 de Mayo de 2004

 

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